El 16 de junio de 1904, Leopold Bloom da el paseo por Dublín que James Joyce narra en ‘Ulises’, así que ese día es inmortalizado en la ciudad como Bloomsday. Durante toda la semana hay tours guiados por el recorrido del personaje de Joyce, lecturas del libro y actividades variadas alrededor de la figura del escritor, uno de los principales activos para atraer a los turistas a la capital de la República de Irlanda.
Sin embargo, Dublín es más que el ‘Ulises’. En 2016, de hecho, se ha celebrado el centenario del Alzamiento de Pascua que inició el camino hacia la independencia de Irlanda del Reino Unido, así que puede ser un buen momento para acercarse a una ciudad cuyos principales monumentos pueden visitarse dando un paseo, y que aunque en verano está llena de turistas, atrae a menos gente que Londres, por ejemplo. les proponemos 11 visitas imprescindibles que debéis hacer si os acercáis a Baile Atha Cliath, que es su nombre en irlandés.
Guinness Storehouse
La antigua fábrica de la cerveza Guinness, en St. James’s Gate, casi en la orilla del río Liffey, es uno de los centros turísticos más populares. La entrada no es barata (tener la Dublin Pass sale, en este caso, muy rentable) pero merece la pena casi sólo por subir al Gravity Bar, el bar que ocupa la última planta del museo, con unas estupendas vistas panorámicas de la ciudad y en el que te invitan a una pinta de Guinness. Si no te gusta la cerveza, ir a Dublín puede ser un poco complicado.
Trinity College
Otro lugar muy popular entre los visitantes de la ciudad es Trinity College y, sobre todo, su antigua biblioteca, donde se guarda el Libro de Kells, un manuscrito del siglo IX iluminado con motivos celtas, y que inspiró hace unos años la película de animación ‘The secret of Kells’. El paseo por el campus de esta antigua universidad merece mucho la pena, no sólo por echar un vistazo al Campanile, sino porque es un oasis de zonas verdes y tranquilidad en pleno centro de la ciudad.
Catedral de St. Patrick
Fundada en 1191, destaca por la particularidad de que fue erigida como catedral pese a que en Dublín ya había otra, Christ Church. En su interior hay un detalle que puede ser interesante para los aficionados a la historia, pues están colgados los pendones de los regimientos de soldados irlandeses que participaron en la Primera Guerra Mundial. St. Patrick pasó a ser una inglesia anglicana durante la Reforma. Presume también de tener uno de los mayores órganos de Irlanda.
Christ Church
La otra catedral de Dublín, cuyo origen se remonta a los vikingos, es la de Christ Church, o catedral de la Santísima Trinidad, y su campanario puede verse desde la orilla del Liffey. Desde su construcción inicial, en el siglo XI, ha vivido varias reformas y reconstrucciones, especialmente a finales del siglo XIX. Es conocida, sobre todo, por albergar la tumba de Strongbow, un guerrero llegó a Irlanda con la invasión de los normandos, en el siglo XII.
Castillo de Dublín
Si queremos conocer la historia de Dublín y, sobre todo, del nacimiento de la República de Irlanda, las visitas guiadas al castillo resultan muy interesantes. De la fortaleza medieval original sólo queda una torre en la parte posterior, pues el resto fue destruido en un incendio en el siglo XVII, y también en la parte trasera hay unos jardines donde se encontraba la laguna negra, o Dubh Linn, sobre la que se fundó la ciudad, y que le dio su nombre.
La calle Grafton y St. Stephen’s Green
Grafton Street es la principal calle comercial de Dublín, una calle peatonal en la que se encuentran prácticamente todas las tiendas importantes, donde está Bewley’s Oriental Cafe y donde es muy habitual escuchar a músicos callejeros. De hecho, uno de los paseos más populares para conocer el centro de Dublín arranca en The Spire, monumento erigido para celebrar el cambio de milenio y que es fuente de habituales chistes por parte de los dublineses. Se encuentra en un extremo de la calle O’Connell, en la que hay numerosos restaurantes, y no tenemos más que recorrerla, cruzar el puente de O’Connell y seguir caminando al lado del Trinity College y la oficina central de correos hasta encontrarnos con la estatua de Molly Malone (otro punto turístico muy popular).
Al final de la calle de Grafton encontraremos St. Stephen’s Green, un parque rodeado de exclusivos hoteles, y Stephen’s Green Shopping Centre, un centro comercial con un interesante interior de vigas de hierro que se levanta donde antes estaba Dandelion Market, el lugar en el que empezaron a tocar bandas como U2. Aunque si buscáis un centro comercial más de diseño, y un poco distinto, tenéisPowerscourt Centre, a la espalda de Grafton, ubicado en una casa de la época georgiana.
Los paseos de James Joyce
Siendo hoy Bloomsday. no podíamos dejar fuera los recorridos por la ciudad que siguen los pasos de James Joyce, desde The James Joyce Centre hasta la visita a la estatua ubicada en Earl Street, una de las calles perpendiculares a O’Connell. Algunos de los recorridos sugeridos para visitar el Dublín de este escritor no sólo siguen los pasos de Leopold Bloom, sino que también nos lleva al Writer’s Museum, en Parnell Square, que recoge también escritos y recuerdos de autores como Oscar Wilde, Samuel Beckett o Jonathan Swift. El paseo de Bloom, por cierto, está marcado con placas en el suelo.
Museo Nacional de Irlanda
Para seguir empapándonos de la historia de Irlanda, el Museo Nacional es un buen lugar no sólo porque podemos ver la declaración de independencia de la república, o una importante colección de artefactos prehistóricos de oro, o hallazgos arqueológicos de la época vikinga. Está muy cerca de Merrion Square, donde hay una famosa estatua de Oscar Wilde, de la National Gallery y del Parlamento.
Jardines Botánicos Nacionales
Un paseo por un jardín botánico siempre es una buena opción para huir un poco del ajetreo de una capital. Los de Dublín están en Glasnevin, a unos tres kilómetros del centro, y cuentan con unos espectaculares invernaderos de cristal. Fueron fundados en 1795 y, originalmente, su objetivo es promover un etudio científico de la agricultura, que viró hacia el fomento del conocimiento botánico ya entrado el siglo XIX. La entrada es gratuita.
El DART hacia la costa
Existe un servicio de tren ligero (el DART) que conecta Dublín con varias localidades cercanas en la costa, y puede ser una excursión interesante acercarse a alguna de ellas. En Dun Laoghaire, por ejemplo, hay un largo paseo marítimo, mientrasHowth (en la foto) y Bray mantienen aún cierto aire marinero. El DART puede llevarnos incluso a Glendalough y al parque nacional de las Montañas de Wicklow.
El Dublín del Alzamiento de Pascua
El pasado mes de abril se cumplió un siglo del Alzamiento de Pascua de 1916, en el que los nacionalistas irlandeses se rebelaron contra el gobierno británico de la isla. Fueron seis días de duros enfrentamientos armados que se iniciaron en la Oficina General de Correos, en la calle O’Connell, y que terminaron con los líderes de la revuelta ejecutados y más de 450 muertos. Fue el primer paso hacia el nacimiento de la República de Irlanda, en 1921. Existen varios tours a pie que recorren los principales escenarios del Easter Rising y, si tenemos tiempo para salir de Dublín, otra parada imprescindible es la cárcel de Kilmainham.