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10 tips para una alimentación segura en los viajes por carretera

Los viajes por carretera en los que una conducción segura depende de nosotros mismos no deberían descuidar ningún aspecto de seguridad. Solemos cuidar las revisiones para prevenir posibles averías y el…

Los viajes por carretera en los que una conducción segura depende de nosotros mismos no deberían descuidar ningún aspecto de seguridad. Solemos cuidar las revisiones para prevenir posibles averías y el estado del tráfico, pero a menudo nos olvidamos de la alimentación y las buenas prácticas en relación a ella que pueden hacer un viaje más seguro.

Por ello vamos a ofrecer diez consejos para una buena alimentación en viajes por carretera, importantes sobre todo si el trayecto es largo. Seguro que a más de uno nos va a venir muy bien de cara a las próximas vacaciones, cuando nos decidamos por hacer ese viaje en coche.

Se trata de unos consejos publicados por la Dirección General de Tráfico (DGT) y la Fundación Repsol en colaboración con la Fundación Española de la Nutrición (FEN).

  • Toma alimentos sanos y equilibrados. La alimentación influye en la seguridad al volante, tanto que una alimentación incorrecta puede generar fatiga, somnolencia, pesadez, reducir los reflejos, la capacidad de atención y aumentar el riesgo de accidentes. Por el contrario, una alimentación equilibrada y variada puede ayudar a realizar un buen viaje y a disfrutar más de él.
  • Evita las comidas abundantes y de digestión difícil. Repetir plato de fabada no es lo más aconsejable antes dle viaje. Los platos muy condimentados y muy grasos no son aconsejables. Por el contrario, las ensaladas, las carnes o pescados a la plancha y las frutas son opciones adecuadas. Hay que evitar largos periodos de ayuno, hacer nuestras cuatro o cinco comidas al día y en la medida de lo posible cubrir el 100% de las necesidades de energía.
  • Descansar bien antes del viaje y no hacerlo con el estómago vacío. Es importante realizar un desayuno completo, que incluya lácteos, cereales, frutas u hortalizas y complementos (aceites y grasas, dulces, carnes y derivados, etc.). Un almuerzo o segundo desayuno puede contribuir a un mejor desarrollo de los viajes largos, ya que nos proporcionará un periodo de descanso (paramos para almorzar) y contribuirá al consumo de una dieta variada y equilibrada. Por ello, durante los viajes hay que limitar la ingesta de snacks. La merienda, igualmente, puede proporcionar un descanso durante el viaje. Después de realizar una comida completa, es recomendable esperar entre 15 y 20 minutos antes de empezar a conducir. Después de comer se reduce la capacidad de atención y las posibilidades de cometer algún error o imprudencia se incrementan.
  • Planifica de antemano tu alimentación y la de todos los pasajeros. Se puede anticipar los lugares o las zonas en los que pararemos a comer, teniendo en cuenta las horas más adecuadas. Es preferible realizar las comidas en un horario adecuado antes que a destiempo sólo por no parar y ahorrarse unos minutos. En viajes largos es recomendable realizar descansos durante los que comer algo ligero, tomar una bebida para evitar la deshidratación y realizar algún ejercicio suave.
  • Descansos cada dos horas. La capacidad de atención disminuye tras las dos horas de conducción seguida, por lo que aprovechemos para estirar las piernas, comer algo ligero (fruta, lácteos, frutos secos, sándwiches, chocolate…) e hidratarte (con agua, refrescos, café, té, bebidas energéticas, caldos, zumos…).
    Si sientes hambre, para a tomar algo y no esperes hasta llegar al destino. La sensación de hambre aumenta la ansiedad y el deseo de alcanzar cuanto antes el destino, lo que puede provocar un incremento inconsciente de la velocidad.
  • Que no falte el agua. Tan importante como la alimentación es la hidratación. La deshidratación genera fatiga y cansancio, afectando a la capacidad de concentración e incrementando la posibilidad de cometer errores al volante. Es aconsejable beber aunque no se tenga sed, ya que la sensación aparece cuando ya existe un cierto grado de deshidratación. Podemos aprovechar las paradas para aprovisionar de bebidas el coche. Las bebidas con alcaloides, como el café, el té, el cacao, las bebidas de cola o las bebidas energéticas, pueden servirte de ayuda para aliviar la fatiga, aunque en gran cantidad pueden contribuir a la deshidratación. Es bueno consumir no sólo agua y bebidas, sino también sopas, cremas frías o calientes y zumos de frutas y hortalizas cuyo componente mayoritario sea el agua. Además, estos últimos son ricos en vitaminas y minerales. Por supuesto, el alcohol está prohibido al volante.
  • Evita las distracciones. Si comemos a la vez que conducimos, dejaremos de prestar la atención necesaria a la carretera y tendremos menos capacidad de reacción ante imprevistos. Es más aconsejable parar a tomar algo y después continuar con el viaje. Si mantenemos dentro del coche una temperatura confortable para el conductor es más fácil mantenerse concentrado. Tanto la calefacción como el aire acondicionado resecan el ambiente, provocando una mayor deshidratación de la habitual, incidiendo en la capacidad de conducción.
  • La conducción es una actividad física que conlleva desgaste, por lo que hay que descansar e ingerir alimentos para compensarlo. En las condiciones más adversas (mal clima, por la noche…), la conducción exige una mayor concentración y esfuerzo, por lo que el desgaste que se produce se incrementa. En estos casos, es especialmente importante cuidar la alimentación.
  • Los niños y personas mayores tienen distintas necesidades de alimentación y bebida. La población infantil necesita mayor cantidad de líquidos que los adultos y, además, deben consumir tres raciones de lácteos, recomendaciones que son superiores a las de la población adulta. Mientras que las personas mayores deben elegir alimentos con una mayor densidad de nutrientes por unidad de energía y cuidar, especialmente, el consumo de agua, ya que la sensación de sed en esta edad está alterada. No obstante, se recomienda para todos los grupos de población llevar una dieta saludable, baja en grasas, variada, abundante en frutas y verduras. Durante la gestación y lactancia las necesidades nutricionales también cambian.
  • No hay que renunciar a una buena alimentación cuando viajamos por carretera. Aprovechemos las frutas y verduras de temporada y la variedad de alimentos y de restaurantes autóctonos. Es posible comer bien y disfrutar de una comida equilibrada cuando se hace un viaje.

Lo cierto es que, como en cualquier momento de nuestra vida cotidiana, también cuando se conduce la alimentación debe ser variada y contener todos los nutrientes necesarios para el organismo. Una dieta equilibrada es importante para la salud, pero especialmente cuando hay que conducir y necesitamos prestar toda la atención a la carretera.

Si seguimos este decálogo de consejos para una alimentación segura en los viajes por carreterano solo nos lo agradecerán nuestra salud y nuestro paladar, también la de nuestros acompañantes y los que nos esperan a la vuelta.

Foto: Repsol

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