La combinación entre sol, arena y mar es una de las más buscadas por los turistas a la hora de hacer un viaje. Todo sitio que ofrezca una hermosa playa con arena para descansar, agua para nadar y una inigualable vista para disfrutar será un destino turístico exitoso sin discusión.
Pero… ¿qué pasa cuando alguno de esos elementos queda ausente? Eso es lo que sucede en la Glass Beach de California, una playa en la que no hay un solo granito de arena. Diecisiete años de basura acumulada transformaron la arena de esta playa en una superficie de cristal que todos quieren conocer.
Desde 1950 a 1967, la Glass Beach fue un depósito de vidrios, botellas rotas, porcelana vieja y otros tantas chatarras oxidadas. Ante esta situación, la gente se dio cuenta de que había que limpiarla y embellecerla. ¡Y lo lograron! Hoy esta playa de cristal es una belleza, muy distinta a las playas del Caribe o Hawaii, pero belleza al fin.
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Lo que antes eran vidrios acumulados, hoy son piedras de colores que parecen joyas brillantes distribuidas por el piso. ¡Puedes pasar horas allí tratando de recogerlas! Recostarse en la playa de vidrio a tomar sol quizás resulte un poco más incómodo que hacerlo en la arena, pero no podemos negar que no encontraremos un paisaje tan original como el que nos ofrece Glass Beach.