Hemos hablado frecuentemente estos días del caos aéreo provocado por la erupción del volcán islandés, pero no nos hemos detenido en las causas de las cancelaciones de vuelos.Volar entre una nube de cenizas es peligroso pero, ¿por qué?
En este gráfico podemos ver los peligros que afectarían a las aeronaves que se vieran envueltas en una nube de ceniza. Los principales son el efecto abrasivo y las colisiones.
El efecto abrasivo de las partículas de vidrio y rocas, además de los ácidos contenidos en las cenizas, podría afectar a las superficie e introducirse en los motores.
Las rocas presentes en la nube pueden impactar con los motores, entrar en los reactores y dañar piezas internas. Todo ello podría afectar a los aparatos electrónicos del avión. Además, está el factor, aunque menos importante, de la reducción de visibilidad.
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Hace unos días pude ver en televisión los efectos de las colisiones en un avión que se había cruzado con restos de la nube, y afortunadamente no fue más allá, pero los daños eran evidentes a simple vista.
A mí desde luego no me gustaría verme en pleno vuelo entre una nube de cenizas, con tanto riesgo. Las posibilidades de sufrir estos daños son tan grandes, que no resulta extraño que se optara por restringir el tráfico aéreo.