Los viajes en avión, una vez glamorosos, son ahora una prueba de paciencia y a veces incluso de resistencia. Los viajeros de hoy se enfrentan a la realidad de estrictas medidas de seguridad, además de retrasos y cancelaciones en los vuelos, el miedo a volar, asientos estrechos y un servicio de comidas reducido o inexistente.
La experta en temas sociales como la etiqueta en los negocios, la educación de niños y urbanidad, Anna Post, vocera del Instituto Emily Post, explica qué hacer en casos particulares como el del niño que patea el respaldo de su silla en el avión y cuyos padres no le dicen nada. “La falta de modales es con frecuencia el resultado del estrés, y pocas situaciones son tan estresantes en nuestros días como viajar, especialmente por aire”, agrega.
Aquí hay unos pocos consejos, tanto defensivos como ofensivos, para superar sus vuelos con menos estrés y más urbanidad.
Llegue a tiempo. Esto puede ser obvio, pero suele menospreciarse. Al aumentar su nivel de estrés, con frecuencia su capacidad de tolerancia y su educación se reducen.
Mantenga la calma si el auxiliar de vuelo en la puerta de embarque le da malas noticias.
Perder los nervios no le hará llegar antes, y puede hacerle perder la simpatía de la única persona que podría mover algunos hilos para ayudarle.
Vístase y haga el equipaje pensando en los controles de seguridad para evitar retrasar a otros pasajeros. Infórmese de los procedimientos actuales y las políticas de su línea aérea para el equipaje facturado y de mano. Aún hay viajeros distraídos que meten grandes botellas de líquidos en su bolsa de mano, un fastidio para todos los que van detrás en la fila.
Lleve zapatos fáciles de poner y quitar, y tenga a mano los objetos que haya que sacar en el control, como las computadoras. Todo esto mantiene la fila en movimiento, lo que a su vez mantiene los ánimos tranquilos. Si usted es un viajero experimentado que conoce el sistema, sea paciente con los novatos, que pueden estar nerviosos.
Si no puede elegir su entorno, cree uno propio. Lleve un antifaz para hacer una siesta y utilice cascos para escuchar música o ver películas (tanto en el aeropuerto como en la nave), o tapones de oídos para bloquear conversaciones indeseadas. Si su vecino no deja de hablar, sonría y diga: “Bueno, ha estado bien hablar con usted. Ahora voy a leer un ratito”.
Viajar cansa a los adultos, y más aún a los niños. Los niños que lloran son parte del paquete de viajar, así que es buena idea llevar tapones. Sin embargo, si un niño da patadas, está bien pedirles a los padres que le digan que pare. Sonría y diga: “Sé que es difícil para los niños, pero ¿le importaría pedirle que no dé patadas en el asiento? Gracias”.
Leer por encima del hombro de alguien es entrometido e impertinente. Evite la tentación y lleve libros, revistas o una laptop. Si el pasajero de al lado se fija demasiado en su pantalla, mírele brevemente a los ojos. Eso hará que se dé cuenta de su imprudencia y que lo deje tranquilo.
Vía: El-Nacional