La capital italiana no sólo tiene algunos de los monumentos más espectaculares del mundo sino también las vistas más hermosas para apreciarlos. Nada mejor que un buen banquete para deleitarse con estos manjares culturales
El restaurante Imàgo, situado en la última planta del hotel Hassler Roma, combina una vista panorámica sobre las calles y las cúpulas del centro histórico con la calidad de sus fogones, distinguidos con una estrella en la última edición de la Guía Michelin.
Sus ventanales se asoman, desde lo alto de la escalinata de la Plaza de España, sobre las torres de la iglesia de Trinità dei Monti, la vía del Corso y Villa Borghese. Cierran la vista, el Monumento a Vittorio Emanuele a un lado y la cúpula del Vaticano al otro.
Este restaurante se especializa en cocina innovadora, que su chef Francesco Apreda elabora a partir de platos típicos de la gastronomía italiana.
No muy lejos, en las laderas del Pincio, donde surgen la Villa Borghese y la Villa Medicis, los dos parques más representativos de Roma, el nuevo restaurante de la Casina Valadier ha restaurado el esplendor que lo hizo uno de los comedores insignes de la vida social y cultural de la ciudad en los años 20.
En un palacete construido en 1816 por el arquitecto Giuseppe Valadier, y por cuyas estancias han pasado personajes como Gandhi, Johann Strauss y Luigi Pirandello, se encuentra ahora un restaurante con todas las comodidades del siglo XXI y cuyo chef, Antonio Sciullo, llevó a su local, Le Relais Jardin, a ser el primero en Italia en conseguir dos estrellas Michelin.
Entre Roma y las estrellas se encuentra Les Etoiles que pertenece al hotel Atlante Star, y desde donde se aprecia en todo su esplendor la fachada de San Pedro del Vaticano, apenas a unos cientos de metros.
El plato por excelencia del chef Daniele Gianbruno son los tagliolini alla San Daniele: una exquisita pasta a base de jamón que se puede degustar acompañada de uno de los numerosos vinos de la surtida bodega del local.
Para los enamorados de la Roma antigua, el hotel Forum tiene desde su restaurante las que probablemente sean las mejores vistas del Foro Romano. Su cocina, internacional, ofrece platos como pennette alla siciliana, pequeños macarrones preparados con una salsa de berenjenas, tomates y champiñones, hasta carnes a la chateaubriand o el tournedo Rossini.
Sus balcones cuelgan sobre los restos del Templo de Marte Últor, en el Foro de Augusto, justo frente al Senado romano.
Su maitre, el español Antonio del Valle, antes ocupó este puesto en destacados locales de Madrid, como el del Casino de la capital. Actualmente lleva 12 años en Roma.
Con vistas igualmente espectaculares pero con precios más competitivos, se encuentra Lo Zodiaco: colocado estratégicamente en el Monte Mario. Los 139 metros de este montículo hacen del comedor el más alto de la capital italiana. Desde sus mesas se domina la ciudad en toda su extensión; la mirada se pierde entre el Puente Milvio hasta la Plaza de Venecia.
También el Royal Art Café, situado en el centro histórico, dispone de una de las vistas romanas más buscadas, en la terraza más cercana a los muros del Coliseo: la de Piazza del Colosseo, número 1.
Via: EL NACIONAL – DOMINGO 14 DE MARZO DE 2010